Independiente 4 – Tigre 1.

De la mano de Montenegro, autor de dos tantos, y Grisales, figura en su debut, el Rojo goleó y dejó atrás una racha de ocho partidos sin ganar que había dejado en la cuerda floja a su entrenador. Ayala, de penal, descontó para el elenco visitante. Beligoy, de mal arbitraje, echó a Denis y a Giménez en el primer tiempo.

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El conjunto de Cagna no estaba dispuesto a hacerle sencillo el trámite a su rival. En la semana celebró los regresos de Morero, Blengio y Román Martínez (cumplieron la suspensión ante Gimnasia y Esgrima La Plata), más la titularidad ganada por Morel por su actuación en la primera fecha. Volvió al sistema 3-4-1-2 que más le gusta al entrenador y arrancó mucho mejor que su rival, con un juego ofensivo y con el libreto que lo llevó al subcampeonato en el Apertura: buen trato del balón, rotación, desborde. Así fue como preocupó a Assmann al minuto, con un tiro libre de Morel y un cabezazo de Castaño que hizo dar la pelota en el travesaño.

Independiente, que arrancó confundido y con una defensa insegura más allá del cambio de esquema, festejó que la incorporación de Grisales produjo contagio. El volante estuvo preciso y mostró empuje y voluntad. Hubo situaciones clave en el desarrollo del encuentro. Tigre había perdido sus oportunidades de torcer el rumbo del partido en un cabezazo de Castaño que se estrelló contra el travesaño en el primer minuto de juego, y en una chance nítida que despilfarró Galmarini instantes después.
Cuando el dominio estaba dividido, Independiente se encontró con la apertura del marcador y el equipo de Troglio reaccionó luego del gol. Ahí fue cuando empezó otro partido. La carambola que concluyó en el tanto de Morero en contra (fue el final de una acción que nació en un córner de Oyola, un anticipo de Gioda y un buscapié de Rolfi Montenegro) trastocó los planes de Tigre.

Vale apuntar que a Montenegro se lo vio más cómodo en la nueva posición de delantero. Estuvo más rápido y exigió a los defensores visitantes. Y que Ledesma fue importante en el anticipo y en la entrega rápida para Grisales y Oyola.

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El segundo gol también surgió de una pelota parada: Oyola ejecutó un tiro libre al corazón del área y Montenegro rompió la red con su cabezazo. Con la diferencia, Independiente se tranquilizó y le trasladó su nerviosismo a Tigre, que en pocos minutos vio varias tarjetas amarillas, producto de la impotencia y el descontrol. Se descompensó aún más después del tanto de Machín, un golazo por la jugada y la definición. Formaron parte de la misma Grisales, Ledesma, Oyola y Machín, que dejó en el camino a Blengio y cruzó el disparo lejos del alcance de Islas.

Así de rápido, a los cuatro minutos del segundo tiempo finalizó el partido. Independiente pudo anotar algún tanto más con otra proyección de Machín, beneficiado en los espacios por aquella expulsión de Giménez, y pudo descontar el Matador con una aproximación de Morel. En el ida y vuelta, Tigre achicó diferencias con un penal que Beligoy sancionó por una infracción de Calello a Morel y que el paraguayo Ayala transformó en gol, y volvió a estar cerca con un disparo de Diz en el travesaño.
En definitiva fue una forma de ratificar que no existió tanta diferencia entre uno y otro.

FICHA DEL PARTIDO.

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